Destruye la maleza entre surcos en los cultivos de hilera con menores costos que el azadón o los herbicidas. Estas malezas cubren el suelo y se convierten en abono verde.
Es una inversión para muchas cosechas.
Airea y rompe las costras del terreno para infiltrar nuevas lluvias, permitir el paso de la luz y movilizar nutrientes.
El abonador descarga una cantidad precisa de fertilizante y los cinceles lo mezclan con la tierra.
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